martes, 10 de febrero de 2015

HIPERTENCION ARTERIAL .


La hipertensión arterial constituye uno de los grandes retos de la medicina moderna en muy diferentes aspectos. Es un proceso que afecta eminentemente a las sociedades desarrolladas y es extraordinariamente prevalente, por lo que casi uno de cada cuatro ciudadanos de nuestro entorno presenta cifras elevadas de presión arterial.
Es una de las enfermedades más estudiadas en el mundo, no en vano ha sido denominada asesina silenciosa, ya que a veces nos percatamos de su existencia cuando es demasiado tarde.
La relevancia de la hipertensión no reside en sus características como enfermedad, sino en el incremento del riesgo de padecer enfermedades vasculares que confiere, el cual es controlable con el descenso de aquella. Esta constituye junto a la hipercolesterolemia y el tabaquismo, uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de aterosclerosis y, para la aparición de enfermedades cardiovasculares.
Actualmente las cifras de personas afectadas por la hipertensión arterial en el mundo – según estimados – es de 691 millones; su prevalencia en la mayoría de los países se encuentra entre el 15 y 30%, y después de los 50 años casi el 50% de la población esta afectada por ella.
Esta enfermedad se relaciona con múltiples factores de índole económica, social, cultural, ambiental y étnica; la prevalencia se ha mantenido en aumento asociada a patrones dietéticos, disminución de la actividad física y otros aspectos conductuales en su relación con los hábitos tóxicos .
En el área del Caribe, la hipertensión arterial afecta al 20% de su población, siendo Jamaica una de las naciones de mayor mortalidad por esta patología. En los Estados Unidos de Norteamérica, se informa de unas 60 000 muertes anuales producidas directamente por la hipertensión arterial.
En Cuba, la mortalidad por la enfermedad presenta cifras que oscilan entre 7,3 y 9,4 fallecidos x 100 000 habitantes en los últimos años, la incidencia entre la población dispensarizada alcanzó la cifra de 14,9 dispensarizados x 1000 habitantes en el año 2000 y su tendencia es ascendente.
La prevalencia también se elevó de una tasa de 97,6 enfermos x 1000 habitantes en el 2000, a 129,3 x 1000 habitantes en el 2001.
En la provincia Santiago de Cuba, en el año 2000 la tasa de mortalidad por enfermedades del corazón fue de 129,9 fallecidos x 100 000 habitantes , ascendiendo a 141,6 x 100 000 habitantes en el 2001; la tasa de prevalencia de pacientes hipertensos por 1000 habitantes en el 2001 fue de 100,6 hipertensos, sólo superada por la provincia de Matanzas donde fue de 181,6 hipertensos .
El municipio Songo la Maya presenta un ascenso notable en los últimos 4 años, respecto a la hipertensión arterial, desde el año 1999 al año 2002, la prevalencia de la misma ha ido en aumento progresivamente de 8349 pacientes en 1999 a 9212 pacientes en el año 2000 y 10570 pacientes y 12239 pacientes en los años 2001 y 2002 respectivamente, unido ha esto se muestra una mortalidad por esta causa de 17 pacientes en el 2001 y ya en el 2002 esta asciende a 23 casos.
El área de salud La Maya presenta de igual forma una tendencia ascendente, pues desde el año 1999 hasta el año 2002 hubo un incremento de los pacientes hipertensos de 6480 enfermos en 1999 a 8795 en el año 2002.
Estudios epidemiológicos han concluido que varios factores de riesgo guardan relación con la hipertensión arterial, dentro de estos se citan la edad, el sexo, color de la piel, la herencia, las dietas ricas en sodio, los oligoelementos, factores socioculturales, el alcoholismo, el hábito de fumar, la hiperlipidemia y enfermedades como la cardiopatía isquemia, la enfermedad cerebrovascular, y la diabetes mellitus.
De lo anterior se desprende la importancia de la identificación de personas con alto riesgo de padecer la enfermedad, y es precisamente con el seguimiento del médico de la familia con el cual puede valorarse y dispensarizarse a todos aquellos individuos con factores de riesgo para su seguimiento y control, correspondiendo al médico de la familia ejecutar acciones educativas, de promoción y prevención de salud, y de rehabilitación, frente a este factor de riesgo, y mantener un control estricto de los pacientes dispensarizados por esta afección.
Considerando todo lo dicho hasta aquí, la importancia de la hipertensión arterial no sólo como enfermedad, sino más aún como factor de riesgo, las altas tasas de morbilidad y mortalidad que la misma presenta en el país, en nuestra provincia y en el área de salud nuestra, donde las mismas han ido incrementándose desde el año 1999 hasta el año 2002 es que nos propusimos realizar este estudio, para conocer los factores de riesgo que la misma presenta en nuestra población y así llevar a cabo un mejor trabajo, así como conocer la magnitud del problema, lo cuál nos permitirá actuar sobre sus factores de riesgo a través de una mejor labor de promoción y prevención de salud encaminada a disminuir su incidencia y los efectos adversos que esta provoca una vez que se presenta.
OBJETIVOS
  1. Caracterizar a la población de pacientes hipertensos según variables demográficas y clínicas de interés.
  2. Identificar los factores de riesgo más frecuentes asociados a la hipertensión arterial.

MÉTODO
Se realizó un estudio observacional, de tipo descriptivo, trasversal de los pacientes portadores de hipertensión arterial en el poblado La Maya pertenecientes al Policlínico Docente Comunitario "Dr. Carlos J. Finlay" del Municipio Songo la Maya en el período comprendido entre Enero del 2002 y Enero del 2003.
El universo de estudio estuvo constituido por el total de pacientes hipertensos pertenecientes al poblado La Maya y la muestra estuvo constituida por 110 pacientes hipertensos pertenecientes a los Consultorios Médicos de Familia Socorro I y Socorro II perteneciente a dicho policlínico.
El dato primario se obtuvo a través de una encuesta confecel trabajo, la cual se aplicó mediante entrevista médica con los pacientes hipertensos de los consultorios, así como la revisión de las historias clínica familiar y ambulatoria.
cionada especialmente para
Para identificar asociación estadísticamente significativa entre las variables de interés fue aplicado el Test Chi cuadrado de independencia (X²). Fue seleccionado un nivel de significación α =0.05.


ANÁLISIS Y DISCUSIÓN
La Hipertensión Arterial no es sólo una enfermedad, sino que constituye un factor de riesgo establecido para muchas enfermedades de mayor letalidad, que afectan al individuo y a grandes poblaciones, y como tal es uno de los más importantes factores pronósticos de la esperanza de vida.
Por este motivo su control es un punto de partida para la disminución de la morbilidad y mortalidad por diferentes afecciones tales como las Enfermedades Cerebrovasculares, la Cardiopatía Isquémica y la Insuficiencia Cardiaca entre otras.
La muestra de estudio estuvo constituida por 110 pacientes pertenecientes a los Consultorios Médicos de Familia Socorro I y Socorro II de dicha área de salud, los cuales eran en su totalidad hipertensos, de ellos el 57,3 % corresponden al sexo femenino, así como el 42,7 % al sexo masculino (Gráfico 1), lo cual era de esperar pues en la población atendida por estos dos consultorios predomina el sexo femenino.
Al analizar la distribución de los pacientes de acuerdo a la edad y teniendo en cuenta el sexo se pudo observar que para ambos sexos predomino el grupo de pacientes de 65 y más años, seguido del grupo de 55 – 64 años representando el 36,4% y el 22,7% de la población estudiada. Hallazgo que se corresponde con lo planteado por la literatura donde se invoca que a mayor edad mayor es el riesgo de padecer hipertensión arterial y que la misma por ende aumenta progresivamente con la edad.
Roca , plantea que existe el criterio de que las cifras de tensión arterial diastólica, aumenta con la edad. Se ha comprobado que la presión arterial promedio tiende a aumentar de manera progresiva a medida que el individuo envejece, este incremento de la frecuencia de hipertensión arterial sobre la base de la edad, es siempre mayor para la sistólica, que puede aumentar hasta los 80 años, que para la diastólica. Sánchez en un estudio realizado en Santiago de Cuba en el año 2002 encontró el mismo resultado, donde la hipertensión arterial predominó en las edades mayores, sobre todo en las edades geriátricas. Otros estudios corroboran lo anterior.
La OPS en su publicación ¨ La Salud en Las Américas del año 2002 plantea un incremento de la incidencia y prevalecía de la hipertensión en la región de las Américas.
Al realizar el estudio, se comprobó (Gráfico 2) que los pacientes de raza negra fueron los más afectados de Hipertensión Arterial, representando el 54,4 % de los casos estudiados, seguidos de los pacientes mestizos los que constituyeron el 38,2 %, lo cual pensamos pueda estar en relación con el hecho de que en el Municipio y el área de salud en particular, la población es predominantemente perteneciente a la raza negra.
Todo lo anterior se corresponde con lo planteado en otros estudios, donde se esboza que la frecuencia de hipertensión arterial es mayor en la raza negra, así como también lo es la tendencia a padecer las formas más graves de evolución de la enfermedad, complicaciones de índole vascular y muerte . Farreras, plantea que la elevación de la tensión arterial es mayor en la raza negra que en la blanca, pues en esta es mayor la tendencia a la elevación de la misma con la edad.
En un intento por explicar estas diferencias raciales se han emitido varias hipótesis que involucran alteraciones genéticas, mayor hiperactividad vascular y sensibilidad a la sal, así como una actividad reducida de la bomba de sodio-potasio ATPasa, anormalidades de los co-transportes sodio-potasio y sodio-lítio, una baja actividad de sustancias endógenas vasodilatadores, dietas con alto contenido de sal, tabaquismo y el stress sociocultural que condiciona el racismo.
Fonseca, en un estudio realizado en el Policlínico Comunitario Docente del Reparto Municipal en el año 1998, encontró también un predominio de la raza negra, no así de la blanca. Estos resultados son avalados por otras investigaciones. Hernández, también encontró un predominio de la raza negra en su estudio sobre factores psicosociales que influyen en la hipertensión arterial.
Al valorar el grado de escolaridad en particular, se demostró que el 51,8 % de los pacientes tenia como grado escolar el secundario, seguido del preuniversitario, representando el 25,5 % de los casos (Gráfico3).
Resultados estos coincidentes con los de Fonseca quien encontró en su estudio un predominio de pacientes con grado de escolaridad secundario. Álvarez en un estudio epidemiológico de la hipertensión arterial en un área de salud de Camaguey, también reporto una mayor incidencia de la hipertensión arterial en pacientes de bajo nivel de escolaridad. Otros estudios realizados coinciden también con este hallazgo.
Este bajo nivel de instrucción explica el por qué existe un elevado desconocimiento por parte de la población de importantes aspectos de la hipertensión arterial trayendo consigo que los pacientes no lleven a cabo por desconocimiento de su relevancia cambios en el modo y estilo de vida, como disminución de la ingesta de sal en las comidas, práctica sistemática de ejercicios físicos, realización del tratamiento correctamente, disminución de hábitos como el alcoholismo, el tabaquismo, hechos que redundan en la aparición de hipertensión arterial y en la evolución desfavorable de la misma una vez que esta se ha presentado.
Farreras, plantea que la prevalencia de hipertensión arterial es mayor cuanto más bajo es el nivel socioeconómico y educativo de la población.
El vínculo laboral es otro aspecto importante a tener en cuenta a la hora de enfrentarse a un paciente hipertenso pues muchas labores conllevan a un stress físico y psíquico elevado. En la muestra de pacientes estudiados, se pudo observar (Gráfico 4), que el 44,6 % de los pacientes en estudio eran amas de casa y solo 27 pacientes (24,5 %) eran trabajadores.
Este hallazgo se relaciona con el hecho de que el sexo femenino fue el que predominó en el estudio con un total de 63 pacientes. Debiéndose señalar que las mujeres amas de casa llevan sobre sí de forma general todo el peso de la atención, el cuidado de los niños, las labores domésticas ,( entre otras por lo cuál están más sometidas al stress), realizan menos ejercicios físicos saludables, tienen mayor tendencia al sedentarismo y la obesidad, factores que influyen en una mayor aparición de la hipertensión arterial, además otra de las causas que pudiera determinar una mayor prevalencia de las amas de casa y los trabajadores es el hecho del escaso número de dirigentes y profesionales dentro de la población estudiada. Estos aspectos son coincidentes con lo reportado en la literatura.
Bayard , encontró en un estudio realizado en 1995 en el Policlínico Comunitario Dr. Mario Muñoz Monroy″ del poblado El Caney resultados similares, donde hubo un predominio de las amas de casa dentro de la población estudiada, Fonseca ,en su estudio llevado acaba en 1998 en el Reparto Municipal refiere iguales resultados.
Al analizar el tipo de hipertensión arterial (Tabla 2), pone de manifiesto que el 66,4 % de los pacientes eran portadores de una hipertensión moderada y sólo en el 22,7 % era ligera. El sexo femenino fue el que predominó en estos dos tipos de hipertensión arterial con 41 y 15 enfermos respectivamente. Hecho que se explica por lo planteado anteriormente, además debemos tener en cuenta que por encima de los 50 años la presión arterial es mayor en la mujer con relación a la aparición de la menopausia, durante la cual los cambios hormonales que se producen predisponen a cambios en la musculatura vascular y el endotelio vascular de la paciente, lo que lleva a un aumento de la resistencia vascular periférica y por ende mayor predisposición a la hipertensión.
Del análisis anterior del tipo de hipertensión arterial, se desprende evaluar que tipo de tratamiento antihipertensivo realizan los pacientes, encontrándose que el 77,3 % llevaba a cabo un tratamiento farmacológico (Gráfico 5), lo cual se debe a la mayor incidencia de hipertensión arterial moderada dentro de la muestra de estudio, ya que generalmente a los pacientes con hipertensión arterial ligera se les impone tratamiento no farmacológico: cambios en modo y estilo de vida, dieta, supresión de hábitos tóxicos, etc.
En el estudio se comprobó (Gráfico 6), que la ingesta de alcohol y el tabaquismo fueron los principales factores de riesgo que se le asociaron con 98 y 91 pacientes respectivamente, seguidos de los antecedentes patológicos familiares de hipertensión arterial (82 pacientes). Llama la atención que la dieta rica en sal sólo se presento en 18 pacientes.
En nuestro caso este alto índice de ingestión de alcohol pensamos se deba, a que nuestra población es una población eminentemente rural, donde no existen los suficientes medios de recreación, ni áreas donde poder disfrutar de actividades sanas durante el tiempo libre, lo cual conlleva a que de una u otra forma y en diferentes grados la población consuma bebidas alcohólicas, además del frecuente expendio de las mismas por la red gastronómica.
Respecto a esto Cecil, plantea que el consumo de alcohol eleva la tensión arterial, aguda y crónicamente y que estudios transversales demostraron una relación entre la tensión arterial elevada y el consumo excesivo de alcohol. Farreras refiere la existencia de una relación clara entre hipertensión e ingesta elevada de alcohol. Hernández, en su estudio factores psicosociales que influyen en la tensión arterial plantea que el alcoholismo no fue un factor determinante en la evolución de los pacientes con hipertensión arterial.
Las opiniones sobre los efectos del alcohol en la hipertensión son controvertidos algunos autores plantean que la ingestión de una copa diaria de alcohol favorece la circulación sanguínea mientras que otros plantean que la ingesta crónica de alcohol junto a otros factores de riesgo predispone a la hipertensión. Es bueno aclarar que el alcoholismo por si solo no eleva la tensión arterial sino que junto a otros factores de riesgo constituye un determinante de la misma.
El hecho de que el tabaquismo siga en segundo lugar a la ingestión de alcohol lo asociamos a que generalmente las personas que ingieren bebidas alcohólicas ya sea por hábito o costumbre casi siempre son consumidores de cigarro, dos factores estrechamente relacionados entre si. La nicotina aumenta la tensión arterial de forma aguda. Santiesteban, en un estudio realizado en el Policlínico Comunitario "30 de Noviembre" en el año 2002, identificó el tabaquismo como uno de los principales factores de riesgo asociados a la hipertensión arterial.
A pesar de que los antecedentes patológicos familiares de hipertensión arterial se encuentran en tercer lugar estos no son menos importantes, pues se ha planteado que existe tendencia a la hipertensión arterial en algunas familias y así hemos visto con relativa frecuencia esta afección en varios miembros de una misma familia .Araujo, en un estudio realizado en 1999,encontró una alta prevalencia de antecedentes patológicos familiares de hipertensión arterial dentro de la población estudiada, hecho que fue significativo. Aunque este elemento, por si solo no es determinante, si crea las bases para que al interactuar otros factores en conjunto predispongan a la aparición de hipertensión en un individuo ya susceptible de padecer la misma desde el punto de vista genético.
El bajo porcentaje encontrado de pacientes que ingerían dieta rica en sal no se corresponde con lo planteado en la literatura, pues estudios realizados confirman que el abuso de sal es un factor predisponente de hipertensión arterial. Existen pruebas inequívocas de que la ingestión excesiva de sodio participa en la génesis de la hipertensión arterial primaria. Se ha demostrado que en grupos poblacionales con baja ingestión de sodio, tienen pocos casos de hipertensión arterial primaria; por otra parte, los sujetos que reciben elevado sodio en cortos períodos de tiempo desarrollan aumento de la resistencia periférica total. Maturel, en un estudio de intervención educativa en pacientes con riesgo de hipertensión arterial en los consultorios 1 y 19 en el año 2002, identifica la excesiva ingestión de sal en la comida como factor de riesgo asociado a hipertensión arterial.
Al analizar los pacientes teniendo en cuenta factores de riesgo y el tipo de hipertensión arterial leve (Tabla 3), se pudo comprobar que el stress y el tabaquismo fueron los principales factores de riesgo que se le asociaron a la hipertensión arterial representando el 22,5 % y el 18,5 %, respectivamente.
Lo cual no ocurrió en el caso de la hipertensión arterial moderada donde los factores de riesgo que predominaron fueron la ingestión de alcohol (59 pacientes) y la ingestión de café (49 pacientes) constituyendo el 20,7 % y el 17,2 % respectivamente del total de pacientes con este tipo de hipertensión arterial.
Es significativo en el caso de la hipertensión arterial severa y muy severa que no hubo una marcada presencia de estos factores de riesgo, pues se asociaron en un reducido número de pacientes.
Pensamos que estos hallazgos en el caso de la hipertensión arterial leve se deban a que generalmente el stress y sobre todo el estrés psíquico se asocia a formas ligeras de hipertensión arterial sin grandes repercusiones al igual que el tabaquismo frecuentemente asociado a este factor.
No obstante este hallazgo se señala que las tensiones emocionales mantenidas o reiteradas pueden desencadenar reacciones vasopresoras con hipertensión arterial. Dichas tensiones suelen estar condicionadas por múltiples factores, que van desde la personalidad hasta el régimen socioeconómico en que se vive. Se ha comprobado que en estos casos, además del aumento del tono simpático y de los niveles de catecolaminas se produce un incremento de cortisol y de hormona antidiurética (ADH), y una interacción anormal del sistema renina-angiotensina-aldosterona (AARS).
En el caso de la hipertensión arterial moderada el hallazgo puede estar relacionado con el hecho de que a medida que se aumente el consumo de bebidas alcohólicas mayor será la frecuencia de aparición de la hipertensión arterial; y además, de forma general, estos pacientes y sobre todo los que ya presentan un etilismo crónico son indisciplinados a la hora de cumplir con lo prescripto en cuanto a la dieta, cambios en el estilo de vida, realización correcta del tratamiento indicado, todo lo cual ayuda a la evolución desfavorable de la enfermedad y, por tanto, a que la misma evolucione de formas leves a formas moderadas de hipertensión arterial.
El hecho de que en el caso de la hipertensión arterial severa y muy severa aparezcan de forma poco frecuente los factores de riesgo estudiados pudiera estar en relación con el hecho de la escasa cantidad de pacientes con este grado de severidad de la enfermedad y también por el motivo de que generalmente estos pacientes son portadores de una Insuficiencia Renal Crónica la cual lleva a formas severas de la enfermedad y a un difícil manejo y control de estos pacientes.
Al analizar la asociación con otras enfermedades o estados, (Gráfico 7), encontramos que de los 36 pacientes con enfermedades o estados asociados 22 padecían Diabetes mellitas y 10 eran portadores de hipercolesterolemia siendo importante señalar el embarazo en 2 de ellas.
En cuanto a la diabetes mellitus y la hipercolesterolemia pensamos que están asociadas pues en la población de estudio predominan los pacientes de edades avanzadas en los cuales es frecuente encontrar estas enfermedades sobre todo la diabetes mellitus tipo II, la cual frecuentemente se asocia en estas edades. Cecil, plantea que la hipertensión arterial es 2 veces más común en diabéticos que en la población general. Simonsón , plantea que en la diabetes tipo II, la hipertensión arterial puede asociarse como diagnóstico secundario e incluso previo. Otros autores también hablan de la fuerte asociación entre la diabetes y la hipertensión arterial .
En una revisión sobre el tema Drury plantea que existe una alta frecuencia de hipertensión sistólica, tanto en la diabetes tipo I como en la diabetes tipo II. Amaury en un estudio sobre patrones diferenciales de alteraciones humorales, micro y macrovasculares en pacientes hipertensos, diabéticos y diabéticos-hipertensos, plantea que las lesiones macrovasculares y sobre todo las microvasculares en los pacientes con diabetes predispone aún más a la aterogénesis, aumento de la resistencia vascular periférica y por ende aún mayor riesgo de hipertensión arterial en los pacientes diabéticos.
La presencia de hipercolesterolemia como segunda enfermedad o estado asociado era de esperar, pues los hábitos de la población cubana 8ingestión excesiva de grasa animal, cerdo, etc.) y en especial la de zonas rurales predispone a la presencia de la misma. La hipercolesterolemia se encuentra entre los principales factores de riesgo de aterosclerosis, lo que trae consigo aumento de la rigidez de los vasos sanguíneos, principalmente de las arterias que provoca aumento de la resistencia vascular periférica y secundariamente hipertensión arterial.
Al abordar las complicaciones presentes en los pacientes hipertensos estudiados (Gráfico 8), se pudo constatar que las crisis hipertensivas y la enfermedad cerebrovascular fueron las que predominaron, presentándose en 47 pacientes (37%) y 27 pacientes (21,3%) respectivamente.
Es valido señalar que en nuestro caso las crisis hipertensivas fueron las que predominaron teniendo en cuenta que la mayoría de los pacientes en los cuales estas estuvieron presentes no llevaban un adecuado tratamiento de la hipertensión arterial, pues en ocasiones habían hecho abandono del mismo, otros no tomaban las dosis adecuadas del medicamento indicado, no acudían a chequearse de forma sistemática la tensión arterial en su médico de la familia y en todos los casos no se llevaba el régimen higiénico-dietético adecuado para mantener controladas las cifras de tensión arterial.
La enfermedad cerebrovascular se ubicó en segundo lugar entre las complicaciones, pues en estos pacientes se asocian otros factores de riesgo que contribuyen junto a la hipertensión arterial a que se desencadene este cuadro neurológico, máxime si se tiene en cuenta lo anteriormente dicho respecto a la aparición de las crisis hipertensivas referido al tratamiento de la hipertensión, y un hecho significativo, que fue la presencia de la enfermedad cerebrovascular en pacientes de edad avanzada, donde confluyen muchos factores que predisponen a su aparición.
Como se ha planteado la hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo para la enfermedad cerebrovascular . La edad influye marcadamente, pues con el envejecimiento las modificaciones en el sistema nervioso periférico y central producen síntomas molestos en un número mucho mayor de pacientes. Casi la mitad de los individuos que sobreviven los 85 años desarrollan síntomas y signos de enfermedad cerebrovascular, todo esto debido a los cambios que acompañan al envejecimiento dentro de los cuales podemos citar:
  • El cerebro se retrae y disminuye la cantidad de neuronas.
  • El flujo sanguíneo cerebral y el metabolismo disminuyen gradualmente.
  • Los sistemas, central y colinérgico periférico decaen.
  • Los reflejos autonómicos y de distensión muscular pierden sensibilidad.
  • Los sistemas visual, olfativo y auditivo vestibular se deterioran.
  • Aumenta la susceptibilidad a los procesos degenerativos


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